Samoa, un país diferente

Martes, 25 de septiembre de 2012
Ya estamos amarraditos desde ayer en la marina, como exigen las normas para los dos primeros días. Es cómodo disponer de agua dulce tras ocho meses de estar fondeados y poder lavar toda la ropa, limpiar todo y darse una duchita de agua dulce.

Como siempre múltiples barcos amigos nos dan la bienvenida y ya hay nuevos planes y proyectos para nuestra estancia aquí. La agenda está llena y ni la misma noche de llegada pudimos descansar: vimos un espectáculo maravilloso de baile y juegos de fuego.

No esperábamos demasiado de Samoa pero todos los que llevan más tiempo están encantados y ya empezamos a entender por qué. La gente es lo más amable que hemos encontrado hasta ahora, superando incluso la simpatía de los marquesianos. Los hombres visten falda, los autobuses con una característica única circulando por las calles, edificios singulares... es sin duda un país diferente a lo que nos habíamos acostumbrado los últimos meses.

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