Sábado 6 de octubre de 2012
Seguimos disfrutando de esta maravillosa isla tongana donde la gente es de lo más increíble que hemos encontrado hasta ahora: su generosidad, su simpatía... cómo explicar la manera de ser de estas personas que viven muy muy sencillamente, prácticamente no tienen nada pero aún así se los ve felices. Uno se plantea tantas cosas en estos casos, de qué sirve todo lo material en el mundo occidental cuando ves las caras de la gente al pasear por la calle donde no hay vida, no hay entusiasmo, no hay esperanza. En cambio aquí, en este perdido rincón del mundo, se desprende algo tan especial: paz, solidaridad, camaradería... Por otro lado el lazo entre la gente de los barcos también incrementa en estos lugares recónditos donde nada o poco hay.
Nos gusta Tonga, esta es la verdadera Polinesia. Cruzar el Pacífico es la mejor decisión que hemos tomado porque estamos encontrando verdaderamente lo que ansiábamos encontrar.
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