Nos acercamos al Ecuador y ya hemos empezado a notarlo por la inestabilidad en el viento. Esta mañana hemos tenido que encender el motor tres horitas aprovechando también para cargar baterías porque estaba el día nublado.
Las nubes nos rodean y tienen aspecto de llevar chubascos. Pasamos de no tener nada de viento a un role repentino que sube hasta 22 nudos. Por suerte dura poco y volvemos a los vientos moderados hasta caer a la tarde en calma total. Procedemos a encender motor y huele a quemado. La correa... Hay que cambiarla así que a Jose no le queda más remedio que tener que meterse ahí abajo a remendar la falla. El acceso no es nada fácil y le lleva un rato. Los amigos del Jomay con quienes siempre guardamos una pequeña distancia nos dicen que nos esperan. Por suerte el mar está plano así que solo tenemos el pequeño movimiento de estar parados, pero no mucho. Empieza a soplar un poco de brisa y podemos caminar de nuevo entre 3 y 4 nudos de velocidad con un viento de una misma intensidad mientras el capi sigue con lo suyo. Fantástico... Encendemos el motor y ahora suena perfecto, qué bien, problema resuelto.
La temperatura del agua es más caliente que en Las Perlas, está a 26º. La cubierta a la altura del mástil se ha convertido en el espacio de aseo y allí nos damos las duchas con cubos de agua o la duchita solar cuando preferimos el agua a más grados.
Nos quedan 423 millas al destino así que ya tenemos más de medio recorrido. A ver como se porta el viento los próximos días y podremos llegar en cuatro días o en menos, aunque sería difícil.
Nos llegan los mensajitos por el iridium. Gracias, nos hace mucha ilusión. Por cierto, Joan Camaján, felicidades por tu cumple. Hemos hecho varios intentos de llamarte esta tarde y no ha habido manera.
Me voy a cenar que el atuncito a la plancha con pimientitos empieza a oler de maravilla.
Chaucito
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