Martes 19 de junio de 2012
Nos quedamos a refugio de la ola protegidos por la isla de Manihi y navegamos paralelos a la costa hasta llegar hasta Ahe que tiene 20 millas de largo y tardamos un buen rato en cruzarla ya que solo llevamos un trocito mínimo de génova, anoche recogimos la mayor para ir más despacio; tuvimos toda la noche 20 nudos de vientos y había que ir piano, piano.
A las 5:50h de la mañana empieza a clarear y ya vemos las palmeras que dibujan el perfil del atolón. La NOAA dice que para el día de hoy la marea mínima va a ser en esta zona a las 10.30h y hay que esperar hasta entonces. Nos acercamos al paso de entrada al interior del atolón para comprobar cómo está la corriente y cómo reacciona el barco. Notamos el agua saliente ya que en la aproximación, con motor a ralentí, nos empuja hacia afuera a 2 nudos.
Damos vueltas en los alrededores y aprovechamos para desayunar una omelette con queso con una ensaladita de tomate, que el estómago agradece con alegría. Justo a tiempo, recién terminados, llega un chubasco con 30 nudos de viento. Nos preocupa que a la hora de entrada no esté despejado, pero pasa rápido.
A las 10.30h empezamos a entrar en el lagoon sin problemas con el sol en la espalda y buena luz; navegamos en su interior hasta el fondeadero que queda a 8 millas de distancia sorteando las plantaciones de perlas negras y siguiendo las múltiples señales que indican bajos que se pueden ver perfectamente. Hay 20 nudos de viento pero vamos a motor.
El paisaje es parecido al de San Blas, palmeras por todas partes, arena blanca y aguas azules. Estamos cansados y pasamos el día en el barco: tras arranchar el barco, comemos un poco de atún con boniatos y nos damos una buena siesta.
Contentos de estar en un nuevo paraíso que mañana empezaremos a descubrir.
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